Era la noche del 24 de septiembre de 1983 en el Camp Nou y Athletic y Barcelona se jugaban un nuevo encuentro liguero, el otro clásico. Se trataba de un partido tenso por parte de ambos conjuntos, un partido que Clemente y Menotti se ocuparon de calentar días antes, como siempre. En un lance del juego, Schuster derribó por detrás a Goikoetxea con una entrada a destiempo. Se la tenía guardada ya que varios meses antes Goiko lesionó al alemán. Minutos más tarde, Maradona intentó llegar a un balón dividido. No lo consiguió, pues Goiko cazó por detrás al astro argentino rompiéndole el tobillo. Tarjeta amarilla. Tras el partido, la caverna mediática se cebó con él, tildándole de asesino por esa brutal entrada y la Federación le impuso 18 partidos de sanción que finalmente se quedaron en 7. Todos los aficionados del Athletic estaban con él a muerte, como se pudo comprobar en el partido de Copa de Europa que el Athletic jugó contra el Lech Poznan en San Mames, siete días después. Goiko todavía no conocía su sanción pero se la esperaba. Sus compañeros de equipo querían ganar para brindarle la victoria por ese mal trago que estaba pasando, incluso Clemente al que preguntaron a ver si iba a jugar afirmó que “por supuesto que va a jugar, y va a marcar dos goles” Dos goles no logró pero si que marcó uno, el que supuso el gol número 500 de los equipos españoles en Europa. Las 40.000 almas que se encontraban en San Mames celebraron con ímpetu aquel gol y se alegraron de que Goiko fuese su autor. Ese partido fue como un partido de homenaje a Goiko que salió ovacionado y a hombros de sus compañeros en San Mames. Goiko aún guarda en una urna de metacrilato las botas con las que jugó aquel día, las mismas con las que lesionó al 10 argentino. La cara y la cruz del fútbol.
Resumen partido Athletic 4 - Lech Poznan 0
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