Enrique Castro “Quini” fue uno de los grandes delanteros centro que el fútbol español ha dado. Prueba de ello son sus 7 premios “Pichichi” al mejor goleador de la liga (cinco veces en Primera División, tres con el Sporting y dos con el Barça y las otras dos en Segunda División con el Sporting).
Este asturiano nacido en Oviedo en 1949 comenzó a dar sus primeras patadas al balón como otros muchos, en el colegio. Ya en edades juveniles pasó a jugar en el Club Deportivo Ensidesa, actual Real Avilés. Debido a sus buenos números fichó por el Sporting de Gijón consiguiendo el ascenso a Primera y ganando varios trofeos al máximo goleador. En 1980 es contratado por el Barcelona para suplir la búsqueda de un delantero centro. Con el conjunto catalán consiguió varias copas y una Recopa. Pero mientras jugaba en el Barcelona tuvo lugar una de las experiencias más traumáticas de su vida.
El 1 de marzo de 1981 (hace exactamente 30 años) tras un Barça-Hercules en el Camp Nou en el que el conjunto culé le endosó media docena de goles (Quini marcó dos) al equipo alicantino, Quini fue secuestrado. Dos individuos le metieron en un coche a punta de pistola y se lo llevaron. Tras varias conversaciones con la policía, estos notaron un fuerte acento aragonés que supuso una de las muchas pistas de su paradero. Pedían un rescate de 100 millones de pesetas y fue esto lo que les delató. Los secuestradores se delataron a sí mismos al confesar la cuenta bancaria en la que debían meter el dinero del rescate. 25 días después de ser secuestrado, los policías rescataron a Quini en un zulo situado en un almacén de Zaragoza.
Quini no denunció a sus secuestradores pero el Barça pidió una fuerte indemnización ya que por su culpa perdieron una serie de partidos clave que les hubiese supuesto la consecución de la liga. Pese a toda esta desagradable situación Quini consiguió alzarse con el Pichichi aquel año tras marcar 20 goles durante toda la temporada.
Estas son las noticias del secuestro y rescate del jugador asturiano. Publicadas por el Mundo Deportivo.
El secuestro:
La liberación:
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